La identificación por radiofrecuencia (RFID) utiliza un campo electromagnético para identificar y rastrear automáticamente una etiqueta adherida a un objeto. La etiqueta contiene información que se almacena electrónicamente. Las etiquetas pasivas recogen energía gracias a las ondas de radio emitidas por un lector RFID cercano. Una etiqueta activa tiene una fuente de energía local (como una batería) y puede viajar cientos de metros desde el lector de RFID.
A diferencia de los códigos de barras, las etiquetas no tienen que estar en la línea de visión del lector, por lo que pueden ser incrustadas en el objeto que se está rastreando. La RFID es un método de identificación automática y captura de datos (AIDC).
Las etiquetas RFID ya se utilizan en muchas industrias. Por ejemplo, las etiquetas RFID adheridas a los automóviles durante el proceso de fabricación pueden utilizarse para seguir su progreso a través de la línea de montaje, los productos farmacéuticos etiquetados con RFID pueden seguirse a través de los almacenes,los microchips RFID implantados en el ganado y las mascotas pueden utilizarse para identificar a los animales.
Debido a que las etiquetas RFID pueden ser adheridas al dinero, ropa y propiedades, así como implantarse en animales y humanos, la capacidad de leer la información vinculada de una persona sin su consentimiento plantea serias preocupaciones de privacidad. Esas preocupaciones han dado lugar a la elaboración de normas y reglamentos que abordan cuestiones de privacidad y seguridad.
ISO/IEC 18000 e ISO/IEC 29167 utilizan métodos de encriptación en el chip para la no trazabilidad, autenticación de etiquetas y lectores, y privacidad inalámbrica. La norma ISO/IEC 20248 especifica una estructura de datos de firma digital para RFID y códigos de barras que proporciona nautenticidad a los datos, la fuente y el método de lectura. Esto se hace en el ámbito de las técnicas de identificación automática y captura de datos del ISO/IEC JTC 1/SC 31. Las etiquetas también se pueden utilizar en las tiendas para acelerar el proceso de pago y evitar el robo por parte de clientes y empleados.
En 2014, el mercado mundial de la RFID tenía un valor de 8.890 millones de dólares, frente a los 7.770 millones de 2013 y los 6.960 millones de 2012. La cifra incluye etiquetas, lectores, así como software/servicios de tarjetas RFID, etiquetas, llaveros y todos los demás factores de forma. Se espera que el valor de mercado aumente a 18.680 millones de dólares para 2026.


